Vendedores de crecepelo tributario.

Lucky Luke es un vaquero solitario, icónico del Lejano Oeste, que representa la justicia, la templanza y el ingenio. Es famoso por ser "más rápido que su sombra" y se enfrenta a múltiples desafíos con humor y sentido común. Entre sus enemigos más recurrentes están los Hermanos Dalton, famosos bandidos. Otro personaje memorable es el Doctor Doxey, un charlatán sin escrúpulos que se presenta como médico y vende un supuesto elixir milagroso para hacer crecer el pelo. Doxey encarna la figura clásica del embaucador: persuasivo, oportunista y hábil para identificar las necesidades y debilidades de los demás, a quienes vende falsas esperanzas disfrazadas de remedio.
Los vendedores de crecepelo representan el arquetipo del charlatán del Oeste: expertos en la palabra y en el engaño. Su método consiste en ofrecer productos milagrosos —como tónicos que prometen regenerar el cabello— a un público crédulo o desesperado. Se valen de espectáculos, discursos embaucadores y supuestas demostraciones para crear una ilusión de eficacia. Estos personajes no han desaparecido con el tiempo; más bien han mutado y se presentan en las redes sociales. Bajo un barniz de modernidad, siguen vendiendo humo. Su capacidad para detectar anhelos y manipular el contexto es lo que los hace peligrosos y persistentes: prometen soluciones universales a cambio de un precio módico.
Especialmente significativa es la aparición, en estos últimos tiempos, del vendedor de crecepelo tributario. Utiliza las redes sociales como altavoz para promocionar sus mágicos servicios, tales como “estrategias avanzadas de planificación fiscal”, “estructuras tributarias complejas”, “el impacto de vivir en sistemas tributarios diferentes”, “cómo los cambios de residencia pueden afectar a tu carga fiscal”, “te creo una estructura empresarial”, Dubái, deslocalización, LLCs, holdings, Andorra, etc.
Los argumentos suelen ser los mismos: mediante técnicas de elusión fiscal, te van a crear una estructura fiscal definitiva que permitirá eludir el pago de impuestos, asegurando que son estructuras totalmente legales y que no vas a tener ningún problema con Hacienda. Elixir mágico que promete efectos milagrosos: donde antes había una bola de billar, ahora tendrás una frondosa melena, un pelazo como el que tenías con veinte años.
No es la primera vez que, en mi práctica profesional, me encuentro con que un cliente o un amigo me envía un enlace a un vídeo de alguna red social en el que uno de estos vendedores de crecepelo tributario recomienda realizar la siguiente operación: “Reducir el salario percibido de la empresa al salario mínimo interprofesional y cobrar el mínimo. El resto se canaliza a través de una LLC en Estados Unidos, que es una empresa de un solo miembro. Como no hace negocio en EE. UU., no paga impuestos. Estás libre de tasa impositiva, tienes secreto bancario y el secreto de Hacienda de tu lado. Tienes una tarjeta del banco donde no consta el titular y puedes pagar en España todo lo que quieras, libre de todo peligro, ya que la estructura fiscal está fuera del alcance de los ojos escrutadores de Hacienda. De esta manera, un trabajador o un empresario puede eludir el control del fisco”.
Mi respuesta suele ser siempre la misma: si el contribuyente es llamado por la Inspección de Tributos de Hacienda, ¿va a ir el vendedor de crecepelo tributario a defender las bondades del chiringuito impositivo? En caso de regularización tributaria, ¿asumirá el creador del mágico elixir tributario las consecuencias económicas de la regularización? No, supongo que no. Supuestos asesores que, desde la otra parte del mundo, te aseguran que no vas a tener problemas con Hacienda.
En mi vida profesional he tenido la oportunidad de asistir a contribuyentes en suficientes inspecciones como para saber qué argumentos se rigen por la lógica de la legalidad y la razón, cuáles transitan entre las procelosas aguas de la interpretación de las leyes tributarias, y qué argumentos, simplemente, no se sustentan, porque ni siquiera son argumentos. Y la propuesta que hace el vendedor de crecepelo tributario en su vídeo es de estos últimos.
Las técnicas de elusión fiscal, las estructuras complejas, la deslocalización, etc., no son para el 99 % de los contribuyentes, ya que, además de requerir un profundo conocimiento del sistema impositivo español, exigen que el contribuyente cumpla con las condiciones necesarias para que esas estructuras sean idóneas y que se den los supuestos de hecho habilitantes que permitan que esas propuestas sean legales y lícitas.
El sistema impositivo español es muy complejo, con infinidad de aristas, sobre regulación, inseguridad jurídica, interpretaciones divergentes por parte de distintos organismos, obligaciones formales mastodónticas. El sistema de autoliquidación es una trampa de osos. La presión fiscal es desproporcionada, y estar en cumplimiento absoluto es muy complicado.
El empresario quiere dormir tranquilo. Necesita un asesoramiento claro, prudente y firme. Sin prometer lo que no se puede cumplir. Sin soluciones mágicas. Sin pócimas chamánicas que prometen la elusión impositiva.
¿Tienes dudas sobre la legalidad de una estructura que te han propuesto? ¿Quieres saber si lo que te ofrecen como “optimización fiscal” es jurídicamente viable? En nuestro despacho te ofrecemos respuestas claras, técnicas y responsables, con el respaldo de más de dos décadas defendiendo los intereses del contribuyente.
Foto unsplash